Carlos Llavador devuelve la
sonrisa a la esgrima española, con su bronce en el Mundial de Wuxi (China).
Sólo el británico Richard Kruse (15-11) pudo frenarle en semifinales.
Una competición casi perfecta en la que entró directo al tablón de 64 por su
condición de top-30 mundial y fue despidiendo al indonesio Mohammad Zulfikar
(15-3), al chipriota Alex Tofalides (15-12), al ruso Mimur Safin que fue bronce
en los Juegos de Río (15-13), y al italiano Giorgio Avola (15-10), bronce por
equipos en Londres 2012. El oro fue para el italiano Alessio Foconi, que
derrotó a Kruse, y el otro bronce para el surcoreano Jun Heo.
"Carlos tenía que
explotar en cualquier momento, porque este año llevaba buenos resultados en
Grand Prix y Copas del Mundo, ganando a rivales fuertes. La medalla es un
regalo, porque pasará a tener beca ADO (disfrutaba de la Podium, de
Telefónica y el COE, para promesas) y entrará entre los 16 mejores del
mundo, lo que le dará pase al tablón de 64 sin sufrir previas. Eso es muy
importante de cara a la clasificación para Tokio 2020", relata Marco
Antonio Rioja, presidente de la Federación Española, desde Madrid. No han
viajado directivos a China. Es caro, los recursos muy limitados y la prioridad
los tiradores.
Llavador, de 26 años y licenciado
en INEF, fue bronce europeo en 2015 perteneciendo a la Sala de Armas de Madrid.
Este año, para mejorar, decidió marcharse en febrero al Club Frascati, cerca
de Roma. Italia es el país con más nivel. "La idea es estar dos años
allí con el objetivo de los Juegos", contó. La Federación le ayuda en
lo que puede.
"Tiene mucho mérito. Ha
madurado sin referentes en florete, porque el último, Javier Menéndez, se retiró
tras Pekín 2008 quemado", alaba Rioja. La de Llavador es la décima
medalla en Mundiales para España. La única en florete había sido la de Juan
Francisco Guerra hace 23 años. Y la última, la de José Luis Abajo 'Pirri', en
espada, hace nueve. Motivos para sonreír en medio del desierto.
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